Nanatoridori es un juego de cartas ligero y rápido en el que el objetivo principal es quedarte sin cartas antes que tus rivales. De apariencia dulce —ilustraciones de aves y colores suaves—, esconde decisiones tácticas interesantes porque impone una limitación muy concreta: las cartas en la mano no se pueden reordenar. Esa regla —simple enunciada, pero profunda en sus consecuencias— convierte cada turno en un ejercicio de planificación, lectura de la mano propia y de los demás, y gestión del riesgo.
Componentes y preparación
El mazo está formado por 63 cartas, con nueve copias de los valores del 1 al 7. Al inicio de cada ronda se reparten normalmente 8 cartas a cada jugador; el resto forma una pila de robo. Las cartas representan “aves” y adoptan mecánicas de shedding (deshacerse de cartas) combinadas con un ligero elemento de construcción de mano a medida que se juega y se roba.
Mecánica esencial
El jugador inicial pone en la mesa una carta o un conjunto de cartas del mismo valor. Solo puedes jugar múltiples cartas si estas son adyacentes en tu mano —esa es la clave—; no basta con tenerlas, deben estar juntas. Para superar una jugada previa en la pila de juego los jugadores deben jugar el mismo número de cartas pero con un valor superior, o bien un conjunto de mayor tamaño (por ejemplo, un par puede ser vencido por un trío, o por un par más alto). Si no puedes o no quieres jugar, tomas la pila (o en algunas reglas tomas una carta del mazo) y la ronda continúa; con las variantes avanzadas existen reglas de puntuación por quién vacía primero la mano.

Sensaciones en mesa y público objetivo
Nanatoridori brilla por su accesibilidad: las reglas se aprenden en un minuto y las partidas suelen durar entre 10 y 20 minutos, lo que lo hace ideal como filler en tiendas, clubes o como ofrecimiento para familias que buscan algo más que estupideces familiares. Sin embargo, su gracia para jugadores más experimentados reside en la tensión generada por la imposibilidad de reorganizar la mano: jugar cartas para “crear” mejores secuencias o forzar a rivales a recoger cartas es un delicioso rompecabezas táctico. Críticos y reseñas destacan que la comparación con otros juegos de climbing o shedding es justa, pero Nanatoridori aporta su propia personalidad por la construcción/gestión forzada de la mano.
Estrategia práctica para vendedores, clubgamer y jugadores avanzados
- Cuida el orden desde el primer descarte. Cada carta que juegues altera la estructura de tu mano; opta por jugadas que te permitan mantener secuencias jugables.
- Piensa en la probabilidad del mazo. Con solo siete valores y nueve copias de cada uno, es factible estimar qué queda disponible y cuándo conviene arriesgarse a jugar sets grandes.
- Forzar la recogida puede ser buena jugada. Obligar a un rival a tomar la pila no solo le hincha la mano, sino que puede romper sus secuencias; a veces es mejor “perder” una baza que mantener una mano imposible de usar.
- Adáptate al número de jugadores. En partidas a más jugadores la dinámica de recogida/limitación puede volverse más caótica; en dos o tres jugadores el control de la mano y la planificación pesan más.
Si buscas un filler tierno en apariencia pero con decisiones jugosas, Nanatoridori merece un hueco en la ludoteca: partidas ávidas de lectura de mano, un ritmo rápido y la satisfacción de vaciar la mano tras haber “ordenado” mentalmente las cartas. Perfecto para tiendas, cafés lúdicos y como puerta de entrada a mecánicas algo más exigentes sin intimidar a los nuevos jugadores.













